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Vol. 78. Núm. 4.
Páginas 231-239 (Octubre - Diciembre 2013)
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Vol. 78. Núm. 4.
Páginas 231-239 (Octubre - Diciembre 2013)
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Consenso mexicano de enfermedad por reflujo gastroesofágico. Parte II
The Mexican consensus on gastroesophageal reflux disease. Part II
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F. Huerta-Igaa,
Autor para correspondencia
, J.L. Tamayo-de la Cuestab, A. Noble-Lugoc, A. Hernández-Guerrerod, G. Torres-Villalobose, A. Ramos-de la Medinaf, J.P. Pantoja-Milláng, el Grupo Mexicano para el Estudio de la Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico
a Encargado del Servicio de Endoscopia, Hospital Ángeles Torreón, Coahuila, México
b Jefe de Gastroenterología, Hospital Civil de Culiacán, Sinaloa, México
c Departamento de Enseñanza, Hospital Español de México, México D.F., México
d Jefe del Servicio de Endoscopia, Instituto Nacional de Cancerología, México D.F., México
e Servicio de Cirugía, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, México D.F., México
f Director Médico, Hospital Español de Veracruz, Veracruz, México
g Cirugía del Aparato Digestivo, Hospital Ángeles del Pedregal, México D.F., México
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Resumen
Objetivo

Actualizar los temas de tratamiento endoscópico y quirúrgico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) del Consenso Mexicano realizado en 2002.

Métodos

La primera parte de este consenso de 2011 trató los conceptos generales, el diagnóstico y el tratamiento médico de esta enfermedad. En esta segunda parte se abordan los temas del tratamiento endoscópico y quirúrgico de la ERGE. En ella, un experto en endoscopia y un experto en cirugía de la ERGE, así como los 3 coordinadores generales del consenso, realizaron una amplia revisión de la bibliografía utilizando las bases de datos Embase, Cochrane y Medline. Se elaboraron enunciados referentes a los aspectos principales del tratamiento endoscópico y quirúrgico de esta enfermedad y se sometieron a la consideración y votación de expertos en estos temas mediante el método Delphi modificado. Los enunciados fueron aceptados cuando alcanzaron el 67% o más de consenso.

Resultados

Al finalizar todas las rondas de votación se obtuvieron 25 enunciados, correspondientes al tratamiento endoscópico y quirúrgico de la ERGE, los cuales se presentan en esta parte II del consenso. La mayor parte de ellos obtuvieron, en promedio, acuerdos cercanos al 90%.

Conclusión

En la actualidad el tratamiento endoscópico de la ERGE no debe ser contemplado como una opción debido a que los resultados a 3 y 5 años no han demostrado durabilidad ni la remisión sostenida de los síntomas. Las indicaciones del tratamiento quirúrgico están bien establecidas y solo se debe ofrecer esta opción a aquellos pacientes que sean buenos candidatos y en manos de cirujanos expertos.

Palabras clave:
Enfermedad por reflujo gastroesofágico
Tratamiento endoscópico
Tratamiento quirúrgico
Cirugía antirreflujo
Abstract
Objective

To update the themes of endoscopic and surgical treatment of Gastroesophageal Reflux Disease (GERD) from the Mexican Consensus published in 2002.

Methods

Part I of the 2011 Consensus dealt with the general concepts, diagnosis, and medical treatment of this disease. Part II covers the topics of the endoscopic and surgical treatment of GERD. In this second part, an expert in endoscopy and an expert in GERD surgery, along with the three general coordinators of the consensus, carried out an extensive bibliographic review using the Embase, Cochrane, and Medline databases. Statements referring to the main aspects of endoscopic and surgical treatment of this disease were elaborated and submitted to specialists for their consideration and vote, utilizing the modified Delphi method. The statements were accepted into the consensus if the level of agreement was 67% or higher.

Results

Twenty-five statements corresponding to the endoscopic and surgical treatment of GERD resulted from the voting process, and they are presented herein as Part II of the consensus. The majority of the statements had an average level of agreement approaching 90%.

Conclusion

Currently, endoscopic treatment of GERD should not be regarded as an option, given that the clinical results at 3 and 5 years have not demonstrated durability or sustained symptom remission. The surgical indications for GERD are well established; only those patients meeting the full criteria should be candidates and their surgery should be performed by experts.

Keywords:
Gastroesophagic reflux disease
Endoscopic treatment
Surgical treatment
Antireflux surgery
Texto completo
Introducción

El objetivo del Consenso Mexicano de Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico 2011 fue actualizar el Consenso Mexicano de ERGE realizado en el año 2002, en función de las nuevas evidencias científicas mundiales sobre este padecimiento. Por cuestiones editoriales se decidió dividir el consenso en 3 partes: la primera (parte I) que trata de epidemiología, fisiopatología, diagnóstico y tratamiento médico, la parte II que trata del manejo endoscópico y quirúrgico de la ERGE y la parte III que trata de la ERGE en población pediátrica. El presente artículo corresponde a la parte II del consenso.

Métodos

Los coordinadores generales seleccionaron a 6 expertos en la ERGE como coordinadores para cada una de las mesas de trabajo (definición y manifestaciones clínicas de la ERGE en adultos, epidemiología y fisiopatología de la ERGE en adultos, diagnóstico de la ERGE en adultos, tratamiento médico de la ERGE en adultos, tratamiento endoscópico y quirúrgico de la ERGE en adultos y ERGE en pediatría). Los coordinadores de cada mesa realizaron una amplia revisión de la bibliografía utilizando bases de datos como Embase, Cochrane y Medline. Posterior a dicha revisión cada coordinador de mesa elaboró una serie de enunciados que abordaran los principales aspectos del tema en particular que les fue asignado.

Los enunciados propuestos fueron enviados a los coordinadores de cada una de las mesas para una primera votación anónima por vía electrónica, en la cual participaron todos los miembros del panel del Grupo de estudio de ERGE 2011, con las únicas opciones de voto «de acuerdo» o «en desacuerdo» con el enunciado. En caso de desacuerdo se les solicitó a los participantes que anotaran un comentario en el cual establecieran el motivo por el que estuvieron en desacuerdo con el enunciado. Los resultados de esta primera votación fueron contabilizados, analizados y enviados a cada uno de los coordinadores, junto con los comentarios enviados por los participantes. En caso de acuerdo ≥75% se determinó que el enunciado podía quedar sin cambios para la siguiente ronda de votación. Los enunciados que obtuvieron ≥75% de desacuerdo se eliminaron del consenso. En los casos de los enunciados que obtuvieron menos de 75% de acuerdo o desacuerdo se solicitó al coordinador de cada mesa que replanteara su enunciado tomado en cuenta los comentarios emitidos por los participantes y que enviara la bibliografía que sustentara el enunciado propuesto. Esta bibliografía fue compartida con todos los participantes.

Para la segunda votación anónima por vía electrónica se incluyeron los enunciados que obtuvieron más del 75% de acuerdo en la primera votación, así como los enunciados corregidos de acuerdo con los comentarios emitidos en la primera votación. La metodología en esta segunda votación fue exactamente la misma que en la primera votación.

Al recibir la retroalimentación de la segunda votación anónima los coordinadores elaboraron un documento final por cada mesa, en el cual cada uno de los enunciados se sustentó con apoyo bibliográfico y el documento se presentó a todo el grupo de trabajo para realizar una votación final que se llevó a cabo de manera presencial, pero manteniendo el anonimato utilizando sistemas electrónicos de votación. Para esta última fase los gastroenterólogos especialistas en adultos votaron los enunciados de las mesas 1 a 5. En esta votación final los votos se emitieron de acuerdo con la siguiente escala de 6 puntos: A- totalmente de acuerdo; B- de acuerdo con reservas menores; C- de acuerdo con reservas mayores; D- en desacuerdo con reservas mayores; E- en desacuerdo con reservas mayores; o F-totalmente en desacuerdo. Se consideró que hubo consenso cuando hubo acuerdo (A, B o C) por parte del 67% o más de los participantes.

La elaboración de este Consenso mexicano de la enfermedad por reflujo gastroesofágico contó con el patrocinio del Laboratorio Astra-Zeneca y con el aval académico de la Asociación Mexicana de Gastroenterología.

Resultados

En cuanto a los adultos se discutieron en la votación final un total de 92 enunciados, siendo aceptados 85 de ellos (92.4%) en forma total o con reservas menores o mayores. Los porcentajes obtenidos para cada enunciado se especifican en el cuerpo del artículo. En esta parte ii se presentan los enunciados referentes al manejo endoscópico y quirúrgico de la ERGE.

V. Tratamiento endoscópico y quirúrgico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico68. El tratamiento endoscópico para la ERGE en la actualidad no debe ser contemplado como una opción debido a que los resultados a largo plazo (3 a 5 años) no han demostrado su durabilidad ni la remisión de síntomas.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

69. En las complicaciones de la ERGE, específicamente en el esófago de Barrett con displasia de alto grado (DAG), el tratamiento endoscópico de primera línea es: resección endoscópica de la mucosa y la radiofrecuencia, la cual debe ser practicada solo en centros de referencia y por endoscopistas altamente calificados.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

70. Es indispensable tener documentación objetiva de ERGE antes de considerar cirugía.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

Antes de considerar cirugía es indispensable tener documentación objetiva de ERGE. Esto se obtiene mediante endoscopia que demuestra daño a la mucosa evidenciado como esofagitis, estenosis1 o esófago de Barrett. En ausencia de evidencia endoscópica la pH-metría de 24h es el estudio de elección2.

71. Todos los pacientes candidatos a cirugía deben tener una endoscopia preoperatoria.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

La endoscopia es el estudio que todo paciente candidato a cirugía antirreflujo debe tener. Este estudio, además de ayudar a hacer el diagnóstico, permite identificar otras alteraciones.

72. La pH-metría está indicada en pacientes valorados para cirugía que no tengan evidencia de daño a la mucosa en la endoscopia.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

La pH-metría es indispensable en los pacientes en los que no puede establecerse el diagnóstico de ERGE por endoscopia.

73. El esofagograma está indicado en ocasiones como estudio preoperatorio para delimitar mejor la anatomía, sobre todo en pacientes con hernia hiatal y esófago corto.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90%; B (acuerdo con reservas menores) 10%.

El esofagograma con bario es de utilidad para tener una mejor evidencia de la anatomía, especialmente en pacientes con hernias hiatales grandes o esófago corto.

74. La manometría preoperatoria es de utilidad para descartar un trastorno motor del esófago que contraindique la cirugía (por ejemplo acalasia); se recomienda que se incluya en la valoración preoperatoria, sin embargo no hay evidencia concluyente de que tenga que realizarse en todos los pacientes y puede individualizarse su aplicación.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 75%; B (acuerdo con reservas menores) 25%; C (acuerdo con reservas mayores) 5%.

Muchos expertos recomiendan que la manometría esofágica se solicite en todos los pacientes candidatos a cirugía antirreflujo, sin embargo no hay evidencia concluyente en la literatura para sostener que debe ser solicitada en todos los pacientes3–5.

75. Pueden ser considerados para tratamiento quirúrgico pacientes con diagnóstico objetivo de ERGE y alguna de las siguientes:

  • Pacientes que decidan tratamiento quirúrgico, aunque tengan buena respuesta a tratamiento con medicamentos (debido a calidad de vida, uso prolongado de medicamentos, etc.).

  • Pacientes jóvenes o con expectativa de vida mayor de 10 años.

  • Pacientes con regurgitación no controlada con la supresión de ácido.

  • Pacientes con síntomas asociados a reflujo no ácido.

  • Pacientes con hernia hiatal grande (>5cm).

  • Pacientes con neumonía por aspiración.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 45%; B (acuerdo con reservas menores) 40%; C (acuerdo con reservas mayores) 15%.

Además de las condiciones mencionadas, otras indicaciones para tratamiento quirúrgico pueden incluir pacientes que tienen manifestaciones extraesofágicas de ERGE (asma, ronquera, tos, dolor torácico)6–9. A este respecto se recomienda tomar en cuenta los enunciados 87 y 88 de este consenso que se presentan más adelante.

Las complicaciones asociadas a ERGE, como estenosis, también son indicaciones para cirugía antirreflujo10. En el caso de esófago de Barrett la indicación de cirugía es clara cuando el paciente tiene síntomas asociados, como pirosis y regurgitaciones11. En el caso de estar completamente asintomático la indicación es más controvertida. Hasta la fecha no se ha demostrado que la cirugía produzca disminución en el riesgo de cáncer a largo plazo12,13.

76. La cirugía debe ofrecerse a pacientes adecuadamente seleccionados.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95%; B (acuerdo con reservas menores) 5%.

Deben considerarse como pacientes adecuadamente seleccionados aquellos que cumplan con los criterios listados en el enunciado 75 de este consenso.

77. La cirugía se asocia a buena calidad de vida. Para esto la cirugía debe realizarse con mínima morbilidad y en pacientes adecuadamente seleccionados.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 65%; B (acuerdo con reservas menores) 15%; C (acuerdo con reservas mayores) 10%; D (desacuerdo con reservas mayores) 5%; F (totalmente en desacuerdo) 5%.

La cirugía antirreflujo ha demostrado una mejoría en la calidad de vida similar o mayor en los pacientes que toman tratamiento médico14–18. En una revisión sistemática de Cochrane reciente se concluyó que la mejoría en la calidad de vida a corto y mediano plazo es superior a la producida por el tratamiento médico19.

78. La técnica quirúrgica estandarizada tiene mejores resultados.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80%; B (acuerdo con reservas menores) 10%; D (desacuerdo con reservas mayores) 5%; F (totalmente en desacuerdo) 5%.

La estandarización de la técnica quirúrgica es deseable, ya que ha demostrado tener buenos resultados20.

79. La cirugía realizada en centros de alto volumen con adecuada selección y técnica quirúrgica tiene mejores resultados.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

La curva de aprendizaje para cirugía antirreflujo ha sido bien documentada y se ha demostrado que con mayor experiencia hay menor número de complicaciones21–23.

80. La cirugía laparoscópica es la opción de elección y debe ser preferida sobre la cirugía abierta debido a mejor evolución temprana (menor estancia hospitalaria, regreso más temprano a actividades diarias y menos complicaciones) además de tener los mismos resultados a largo plazo.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95%; B (acuerdo con reservas menores) 5%.

Existen múltiples estudios que demuestran que las complicaciones son significativamente menores después de cirugía laparoscópica comparada con abierta con resultados similares a largo plazo24–42.

81. Tanto la funduplicatura total como la parcial posterior son efectivas para controlar el reflujo.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80%; B (acuerdo con reservas menores) 15%; C (acuerdo con reservas mayores) 5%.

Múltiples estudios han evaluado las diferencias entre la funduplicatura parcial y la total. No se han demostrado diferencias significativas respecto a la incidencia de esofagitis, pirosis, reflujo ácido persistente o escore de Visick. Existe significativamente más disfagia, distención, flatulencia e índice de reoperaciones después de funduplicatura total comparada con la parcial3,25,40,43–57. Por otro lado, no se ha demostrado diferencia en la evolución de pacientes con dismotilidad esofágica respecto al tipo de funduplicatura57,58.

82. La cirugía asistida con robot es segura y efectiva con evolución similar a corto plazo, pero mayor coste en los países y centros en donde se cuente con esta tecnología.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90%, B (acuerdo con reservas menores) 10%.

El uso de cirugía asistida con robot en cirugía antirreflujo ha demostrado tener resultados similares59–64. Sin embargo, el coste y el tiempo quirúrgico son mayores con la cirugía robótica59,63,64.

83. La cirugía antirreflujo en pacientes con obesidad mórbida (IMC>35 acompañado de comorbilidades o IMC>40 con o sin ellas) tiene mayor incidencia de fallo y el bypass gástrico es mejor en la cirugía antirreflujo en estos pacientes porque también mejora otras enfermedades.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80%, B (acuerdo con reservas menores) 20%.

Existen estudios que muestran que la efectividad de la cirugía antirreflujo en pacientes con obesidad es menor comparada con individuos de peso normal65–68. Sin embargo, otros estudios no han demostrado diferencias entre obesos y no obesos. El bypass gástrico laparoscópico es una cirugía sumamente efectiva para resolver el reflujo y además ayuda a resolver múltiples comorbiliades en los pacientes con obesidad mórbida, por lo que es más recomendable como procedimiento antirreflujo en estos pacientes69–76.

84. En pacientes bien seleccionados y con adecuado riesgo quirúrgico no se ha demostrado que la edad afecte significativamente los resultados de la cirugía antirreflujo.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 60%; B (acuerdo con reservas menores) 20%; C (acuerdo con reservas mayores) 10%; D (desacuerdo con reservas mayores) 5%; F (totalmente en desacuerdo) 5%.

No se ha demostrado que la edad afecte los resultados de la cirugía antirreflujo77.

85. Los pacientes con hernia hiatal >3cm tienen mayor incidencia de fallo anatómica.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 65%; B (acuerdo con reservas menores) 30%; D (desacuerdo con reservas mayores) 5%.

86. Los pacientes con síntomas extraesofágicos tienen menor respuesta a la cirugía comparada con los que tienen síntomas típicos.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 80%; B (acuerdo con reservas menores) 20%.

La cirugía en pacientes con síntomas atípicos como dolor torácico, tos crónica, ronquera, otitis media, neumonía recurrente y bronquitis crónica tiende a ser menos efectiva que en los pacientes con síntomas típicos78,79.

87. Los pacientes con síntomas extraesofágicos que tienen mejor respuesta al tratamiento quirúrgico son los que tienen correlación de los síntomas con episodios de reflujo detectados por pH-metría o impedancia intraluminal. La cirugía no debe ser considerada en pacientes con ausencia de correlación de síntomas en estos estudios.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95%; B (acuerdo con reservas menores) 5%.

La correlación de los síntomas con episodios de reflujo detectados por pH-metría o impedancia intraluminal es un predictor de mejor respuesta en pacientes con síntomas atípicos80,81.

88. La buena respuesta al tratamiento médico preoperatorio es un predictor de buena respuesta a la cirugía. La cirugía no debe ser considerada en pacientes que no tienen, al menos, una respuesta parcial al IBP.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 95%; B (acuerdo con reservas menores) 5%.

La respuesta sintomática a un inhibidor de la bomba de protones (IBP) es un predictor de buena respuesta a la cirugía antirreflujo. Sin embargo, también se han demostrado buenos resultados en pacientes con ERGE sin respuesta o con respuesta parcial82.

89. La reintervención quirúrgica es segura y efectiva cuando es realizada por cirujanos con experiencia en reoperaciones y en centros de alto volumen, pero se asocia con un mayor tiempo quirúrgico y mayor incidencia de complicaciones que el procedimiento primario.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 85%; B (acuerdo con reservas menores) 10%; D (desacuerdo con reservas mayores) 5%.

Comparada con el procedimiento primario la cirugía de revisión requiere mayor tiempo quirúrgico, mayor porcentaje de conversión y tiene más complicaciones83–87. Sin embargo, la satisfacción de los pacientes llega a ser hasta del 89% con resolución de los síntomas en un porcentaje elevado87–90.

90. La cirugía antirreflujo ha probado ser una opción segura y efectiva para el tratamiento del ERGE.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 90%; C (acuerdo con reservas mayores) 10%.

Múltiples estudios controlados y aleatorizados han demostrado la efectividad de la cirugía antirreflujo tanto en pacientes con respuesta completa a IBP como en pacientes con respuesta parcial14–17,91–93. Cuando se realizan estudios de manometría y pH-metría la cirugía presenta significativamente menor exposición al ácido y mayor presión del esfínter esofágico inferior comparada con el tratamiento médico14,15,18,94,95. Para que la cirugía pueda competir con el tratamiento médico tiene que tener mínima morbilidad y coste.

91. La cirugía antirreflujo no elimina la necesidad de vigilancia futura en pacientes con esófago de Barrett.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

La cirugía no cambia las recomendaciones de vigilancia en pacientes con esófago de Barrett96–100 y no representa la única opción terapéutica para estos pacientes.

92. No se ha demostrado que la cirugía antirreflujo disminuya el riesgo de cáncer a largo plazo en pacientes con esófago de Barrett.

Nivel de acuerdo: A (totalmente de acuerdo) 100%.

No hay evidencia que demuestre que la cirugía antirreflujo disminuya el riesgo de cáncer a largo plazo101.

Conclusión

En la actualidad el tratamiento endoscópico de la ERGE no debe ser contemplado como una opción debido a que los resultados a largo plazo (3 a 5 años) no han demostrado durabilidad ni la remisión sostenida de los síntomas. Las indicaciones del tratamiento quirúrgico están bien establecidas y se debe ofrecer esta opción terapéutica a aquellos pacientes que sean buenos candidatos y en manos de cirujanos expertos.

Conflicto de intereses

Alejandra Noble Lugo: ponente de Takeda, AstraZeneca, Alfa Wasserman y Menarini; Angélica Hernández Guerrero: ponente de AstraZeneca y Glaxo-SmithKline; Antonio Ramos de la Medina: Wasserman y Janssen; Francisco Huerta Iga: consejero de Takeda, ponente de Takeda, AstraZeneca, Menarini y Glaxo-SmithKline; José Luis Tamayo de la Cuesta: consejero y ponente Takeda, AstraZeneca, Alfa Wasserman y Janssen, ponente de Menarini; José María Remes Troche: consejero de Takeda, Alfa Wasserman y Janssen, ponente en Takeda, AstraZeneca y Bristol, investigador en Sanofi-Pasteur; Miguel Ángel Valdovinos Díaz: consejero de Takeda, ponente de Takeda, Given, Mayoly Spindler, Ferrer y Menarini, investigador de Takeda y Ferrer; Ramón Carmona Sánchez: consejero de Takeda y Alfa-Wasserman, ponente de AstraZeneca. Los doctores Gonzalo Torres Villalobos y Juan Pablo Pantoja Millán no tienen conflicto de intereres que manifestar.

Agradecimientos

Queremos expresar nuestro más profundo y sentido agradecimiento a todos los coordinadores y especialistas expertos que formaron parte de este grupo mexicano de la ERGE, en especial a la Dra. Alejandra Noble Lugo por su incansable labor en la redacción final de este artículo, así como a laboratorios Astra-Zeneca por su invaluable apoyo logístico, sin el cual no hubiera sido posible la elaboración de este consenso.

ANEXO
Grupo del consenso mexicano de ERGE 2012

Dr. Miguel Ángel Valdovinos Diaz, Dr. José María Remes Troche, Dr. Ramón Carmona Sánchez, Dra. Ana Teresa Abreu y Abreu, Dr. Luis Uscanga Domínguez, Dr. Edgardo Suárez Morán, Dra. Marina Alejandra González Martínez, Dr. José Ramón Nogueira de Rojas, Dr. Francisco Esquivel Ayanegui, Dr. Aurelio López Colombo, Dr. Raúl Bernal Reyes, Dr. Walter Kettenhofen Enríquez, Dra. María Eugenia Icaza Chávez, Dr. Octavio Gómez Escudero, Dr. Julio César Soto Pérez, Dr. Ricardo Raña Garibay, Dr. Jorge Pérez Manauta, Dr. Óscar Teramoto Matsubara, Dr. Sergio Sobrino Cossío, Dra. Angélica Hernández Guerrero, Dr. Antonio Ramos de la Medina, Dr. Juan Pablo Pantoja Millán.

Participantes por mesa de trabajo: Mesa 1. Definición y manifestaciones clínicas de la ERGE en adultos: Dr. José María Remes-Troche, Dra. Ana Teresa Abreu y Abreu, Dr. Luis Uscanga Domínguez, Dr. Edgardo Suárez Morán, Dra. Marina Alejandra González Martínez; Mesa 2. Epidemiología y fisiopatología de la ERGE en adultos: Dra. Alejandra Noble Lugo, Dr. José Ramón Nogueira de Rojas, Dr. Francisco Esquivel Ayanegui, Dr. Aurelio López Colombo; Mesa 3. Diagnóstico de la ERGE en adultos: Dr. Miguel Ángel Valdovinos Díaz, Dr. Raúl Bernal Reyes, Dr. Walter Kettenhofen Enríquez, Dra. María Eugenia Icaza Chávez, Dr. Octavio Gómez Escudero, Dr. Julio César Soto Pérez; Mesa 4. Tratamiento médico de la ERGE en adultos: Dr. Ramón Carmona Sánchez, Dr. Ricardo Raña Garibay, Dr. Jorge Pérez Manauta, Dr. Óscar Teramoto Matsubara, Dr. Sergio Sobrino Cossío; Mesa 5. Tratamiento endoscópico y quirúrgico de la ERGE en adultos: Dr. Gonzalo Torres Villalobos, Dra. Angélica Hernández Guerrero, Dr. Antonio Ramos de la Medina, Dr. José Luis Pantoja Millán.

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