Agradecemos a los Dres. Castrillón-Lozano et al.1 por destacar nuestra publicación sobre los resultados del trasplante de microbiota fecal (TMF) mediante colonoscopia en el tratamiento de la infección por Clostridioides difficile recurrente (ICDr)2. Sin duda, las observaciones formuladas enriquecen el análisis crítico sobre el papel del TMF como estrategia terapéutica en la ICDr.
En relación con el análisis estadístico, concordamos con la apreciación respecto a la mayor potencia y precisión de la prueba de Shapiro-Wilk sobre la prueba de Kolmogorov-Smirnov, sobre todo si la muestra incluida es <503, tal como fue comentado y reconocido como una limitación en nuestro estudio2. La sugerencia de profundizar en los criterios de muestreo y selección son aspectos que serán considerados en futuros estudios.
Respecto a la definición de éxito clínico del TMF, utilizamos la ausencia de recurrencia en las 8 semanas posterior al procedimiento por ser uno de los criterios utilizados en la literatura para evaluar la efectividad de esta estrategia terapéutica en el manejo de la ICD4, lo cual permite comparar los resultados entre diferentes estudios. No obstante, concordamos que definiciones más amplias, como las propuestas por Gupta et al.5, permitirían una caracterización más precisa y completa de la respuesta terapéutica al TMF. Por otra parte, Castrillón-Lozano et al. mencionan que la técnica de reacción en cadena de la polimerasa para toxina A y B podría considerarse como control posmanejo del TMF. Sin embargo, la literatura no recomienda tomar exámenes de deposiciones para controlar curación de la ICD, dado que estos pueden permanecer positivos posterior al tratamiento6.
Consideramos especialmente pertinente la mención a la necesidad de incluir diferentes escenarios donde el TMF puede ser una estrategia efectiva en el manejo de la ICD, tal como ocurre en pacientes inmunocomprometidos7. En nuestra serie, el número de casos con esta condición fue limitado, impidiendo realizar subanálisis concluyentes. Sin embargo, compartimos plenamente la relevancia de este grupo, considerando su mayor vulnerabilidad clínica. Es importante destacar que, aunque históricamente el uso del TMF en inmunocomprometidos se abordó con cautela, estudios recientes han demostrado su seguridad y eficacia en esta población, sin un aumento significativo de eventos adversos graves8. Esta evidencia refuerza la necesidad de desarrollar investigaciones focalizadas y guías específicas para este grupo de pacientes.
Finalmente, agradecemos sinceramente las palabras de reconocimiento hacia nuestro estudio. Coincidimos plenamente en la necesidad de generar evidencia colaborativa y multicéntrica que permita fortalecer las recomendaciones clínicas sobre el uso del TMF en la ICDr.
FinanciaciónNo existe financiamiento en la escritura de esta publicación.
Conflicto de interesesNo existen conflictos de intereses.