La hiperglucemia en los pacientes hospitalizados se ha asociado frecuentemente a mayor riesgo de infecciones, mayor estancia hospitalaria y mayor mortalidad1,2. En pacientes pos trasplante, la hiperglucemia es un fenómeno frecuente, probablemente relacionado con la producción exógena y endógena de catecolaminas por la cirugía, la inmunosupresión y, en algunos casos, la diabetes mellitus3. Si bien existen estudios en pacientes con trasplante renal y trasplante hepático (TH), que demuestran que la hiperglucemia en el peri y postoperatorio4,5, presentan una mayor incidencia de rechazo agudo y complicaciones relacionadas; otros grupos no han demostrado ningún beneficio de realizar un control estricto de la glucemia en el periodo perioperatorio de los pacientes con TH6.
El estudio de Builes-Montaño et al.7 evalúa si la hiperglucemia durante las primeras 48h después del THO se asocia a un mayor riesgo de infecciones, rechazo o estancia hospitalaria. Se trata de un estudio retrospectivo donde definen hiperglucemia como un valor superior a 140mg/dl y medido en 3 diferentes formas (como un valor aislado, como media de los valores y como un valor ponderado en el tiempo). Los autores concluyen que la hiperglucemia es un evento muy frecuente en el TH y el 94% de los pacientes presentó alguna forma de hiperglicemia durante las primeras 48h postrasplante y no hubo un mayor riesgo de rechazo, infección o tiempo de estancia hospitalaria. Desafortunadamente, el estudio tiene algunas limitantes por ser un estudio retrospectivo. De 316 pacientes trasplantados de hígado por este grupo, más de la mitad (152 pacientes) se excluyó por no contar con los resultados completos o por fallecer en las primeras 48h. Esto llama la atención, ya que en los primeros 2 días postrasplante la glucemia es uno de los estudios más importantes para vigilar el funcionamiento del injerto y detectar una retraso o fallo primaria del mismo al presentarse hipoglucemia.
Aun con 3 definiciones distintas de hiperglucemia, no se encontró diferencia significativa en relación con complicaciones. Es importante mencionar también que tanto la definición de hiperglucemia (> 140mg/dl) de este estudio, como el promedio de glucemia de los pacientes postrasplante en el momento de ingresar en la unidad de cuidados intensivos (UCI), fue de 182±55mg/dl, ambas cifras por debajo de lo que otros grupos consideraron como hiperglucemia (> 200mg/dl). El estudio más grande que existe de control glucémico en pacientes con TH es el reportado por Park et al.; 680 pacientes fueron estudiados y encontraron en el análisis multivariado que la hiperglucemia > 200mg/dl es un factor de riesgo para infecciones del sitio quirúrgico en el postoperatorio, aunque vale la pena mencionar que solo se enfocaron a la hiperglucemia intraoperatoria8. Wallia et al. también demostraron que una glucemia > 200mg/dl es un factor de riesgo para presentar rechazo agudo5. Pudiera ser que el valor utilizado por Builes-Montaño et al. de 140mg/dl para considerar hiperglucemia fuera bajo para poder detectar alguna diferencia en las complicaciones postrasplante.
Es importante mencionar que cuando los autores realizan una comparación entre los pacientes diabéticos y los no diabéticos en busca de diferencias, estas tampoco existieron, y los pacientes diabéticos no mostraron mayor riesgo de infecciones ni diferencia en el tiempo de estancia hospitalaria7. Seguramente, los pacientes diabéticos que después del protocolo de evaluación pueden llegar a un TH no presentan las complicaciones crónicas propias de la diabetes mellitus y las poblaciones se vuelven muy comparables.
La información aquí presentada es valiosa, sin embargo, debido a las limitaciones que presenta un estudio retrospectivo y observacional como este, es difícil poder confirmar que la hiperglucemia no provoca un riesgo de mayor número de complicaciones, como sí se ha demostrado en otros tipos de poblaciones, como pacientes que presentan un accidente vascular cerebral, infarto agudo al miocardio o cirugía cardiaca9,10. La pregunta sería si se debería de realizar un estudio prospectivo y aleatorizado donde se controle de manera estricta la glucemia a algunos pacientes y otros no. Los resultados en este sentido también han sido ambiguos. Si bien en algunos reportes de trasplantados renales y pacientes en UCI críticamente enfermos los riesgos de hipoglucemia parecieran superar los beneficios, en otros reportes específicamente de TH el protocolo de uso intensivo de insulina mostró ser seguro y efectivo; sin embargo, no encontraron ventajas en lo referente a complicaciones en los pacientes con monitorización estrecho de la guclosa6.
Podemos decir entonces que la hiperglucemia es un fenómeno frecuente en los pacientes post-TH y no pareciera incrementar el riesgo de complicaciones y probablemente estas se presenten como consecuencia de otros factores, como las características del donador, los aspectos quirúrgicos, el manejo perioperatorio de anestesia, el uso de inmunosupresión y la gravedad del receptor.
FinanciamientoNo se recibió patrocinio alguno para realizar este artículo.
Conflicto de interesesEl autor declara no tener ningún conflicto de intereses.