En el Consenso Mexicano para el Tratamiento de la Hepatitis C1 existen algunos puntos que merecen reflexión. Por ejemplo, para el genotipo 2, los tratamientos recomendados por el Consenso fueron sofosbuvir + daclatasvir ± ribavirina por 12 semanas o sofosbuvir + velpatasvir por 12 semanas. Un estudio de Zhou et al.2, reportó la prevalencia mundial del polimorfismo L31M de 52, 41 y hasta el 86% en EE. UU., en Europa y en Asia. La importancia de este polimorfismo radica en que confiere una resistencia de hasta 100 veces al daclatasvir. No hay datos en México, pero es de esperar que la prevalencia sea parecida a EE. UU., alrededor del 50%, lo que provocaría (y explicaría) una falla terapéutica de la combinación con daclatasvir en una parte de los pacientes. Estos resultados fueron confirmados en una cohorte francesa, prospectiva, de la vida real, donde se evaluó sofosbuvir + daclatasvir ± ribavirina, la respuesta viral sostenida 12 semanas postratamiento (RVS12) fue del 88% (n=244/278)3. En contraparte, las combinaciones sofosbuvir/velpatasvir y glecaprevir/pibrentasvir demostraron que el polimorfismo no tiene impacto en la RVS12 en estudios clínicos y de la vida real4.
La Organización Mundial de la Salud propuso como objetivo la eliminación del virus de la hepatitis C (VHC) en el 2030, sin embargo, muy pocos países en el mundo han logrado poner en marcha una estrategia adecuada para lograr este objetivo. México es un país donde los recursos deben ser optimizados, ya que enfrenta dificultades tales como la ausencia de todos los tratamientos (la combinación pangenotípica glecaprevir/pibrentasvir), la imposibilidad de tratar a todos los pacientes (en especial después de una falla terapéutica), la ausencia de los exámenes de resistencia que han demostrado su importancia en los tratamientos donde las sustituciones asociadas a la resistencia (RAS) tienen un impacto, es decir los antivirales de primera generación, entre otros. Actualmente existen 2 tratamientos pangenotípicos de última generación que han demostrado su eficacia en los estudios clínicos y en la vida real, con RVS12 superiores al 95%, sin efectos secundarios graves, buena tolerancia en todos los grupos de pacientes, eficaces en el retratamiento de pacientes que fallaron en un primer tratamiento e incluso en los pacientes antes considerados como difíciles a tratar. Estas combinaciones permiten una simplificación del tratamiento, así como de los exámenes necesarios antes, durante y después del tratamiento.
Basados en estos datos una simplificación del tratamiento con 2 combinaciones pangenotípicas parece más conveniente como estrategia nacional. Países como Francia o Inglaterra, líderes en la estrategia de erradicación, han adoptado esta vía, y es por ello que estas combinaciones son recomendadas por las guías europeas publicadas recientemente5. Además, simplificar el tratamiento, permitirá concentrar los esfuerzos en el despistaje de los pacientes, etapa crucial para lograr la eliminación. Un consenso de expertos puede recomendar estrategias de salud pública al gobierno y trabajar con las industrias farmacéuticas para facilitar esas políticas de salud. Es en el interés de todos eliminar el VHC.
FinanciaciónIsaac Ruiz recibió becas predoctorales de la Agencia Nacional de Investigación sobre el sida y la hepatitis virales (ANRS) y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México (CONACYT).
Conflicto de interesesIsaac Ruiz ha servido como asesor de Abbvie.