La infección por Clostridium difficile (ICD) en pacientes hospitalizados, supone un evento con alto impacto en la morbimortalidad y en los costos de atención sanitaria, a este respecto, esta revista publica permanentemente artículos con gran impacto y acogida por personal médico en diferentes grados de formación, Icaza-Chávez1 publica en torno al evento ECOS 2016, un manuscrito titulado «Actualidades en cuanto a la infección por Clostridium difficile» en la cual se realiza una serie de apuntes con novedades interesantes respecto al tratamiento de esta enfermedad y que en su mayoría se correlacionan con publicaciones posteriores, sin embargo en el apartado de prevención, referencia el trabajo de Fischer et al.2 presentado en sesión oral en la Digestive Disease Week 2016, dejando a entender con poca claridad que los antibióticos no pudieron demostrar una reducción del riesgo de presentar ICD; cuando los autores lo que rescatan es que en pacientes con trasplante de microbiota fecal exitoso, la recurrencia asociada al uso de antibióticos no dirigidos al tratamiento de ICD es baja 6.5% (6/152) y no expresan que el uso de antibióticos dirigidos a ICD vancomicina y metronidazol, o el uso de probióticos presentara un éxito o un fracaso en su observación.
A este respecto consideramos que no se debe dejar ese mensaje al lector, puesto que a esa fecha ya se habían publicado artículos que median directamente el papel de la quimioprofilaxis con resultados prometedores; Van Hise et al.3, realizan un estudio retrospectivo con el uso de vancomicina oral para prevenir la recurrencia de la ICD, en el que se había indicado a 113 pacientes dosis de 250mg o 125mg/2 veces al día frente a 132 pacientes en los que no se indicó, encontrado que la ICD recurrente se presentó en el 4% de los que recibieron profilaxis frente al 27% de los que no la recibieron. Con respecto al metronidazol Rodriguez et al.4 describieron retrospectivamente la eficacia en prevención primaria de este medicamento en pacientes adultos de alto riesgo (definido como edad mayor a 55 años, uso de inhibidor de bomba de protones y antibióticos de amplio espectro) encontrando que la incidencia en el grupo de pacientes que recibieron metronidazol por causas diferentes a la ICD fue del 1.4% y en el grupo que no recibieron fue del 6.5%, concluyendo que el recibir metronidazol reduce la incidencia de diarrea intrahospitalaria asociada a Clostridium difficile en un 80%.
Desde los últimos meses de 2016 a la fecha se siguen publicando artículos con evidencia que podría sugerir su uso tanto en la prevención primaria como secundaria, mostrándose como una medida altamente costo-efectiva en centros donde pese a la aplicación de las recomendaciones para prevención no se logra un control adecuado. Por el momento todos coincidimos en que el camino aun comienza y se requieren estudios prospectivos con adecuada calidad metodológica que permitan en un futuro recomendar su uso en pacientes seleccionados.
FinanciaciónNo se recibió financiamiento para la elaboración de este trabajo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses por la realización de este trabajo.