La enfermedad del hígado graso cobró identidad propia hace más de 50 años 1, desde entonces se le ha denominado de muy diversas maneras y ha sido una enfermedad en busca de un nombre propio; esto no es casual, los nombres se han ido sucediendo a la vez que sus secretos se van develando.
El nombre hasta ahora vigente es esteatosis hepática metabólica (MASLD)2, que enfatiza la importancia de la disfunción metabólica en su fisiopatología.
En esta nueva denominación se han reconsiderado los criterios diagnósticos para hacerlos menos restrictivos, ahora además de la esteatosis hepática se incluyen factores de riesgo cardio-metabólico como manifestaciones concurrentes de disfunción metabólica y ya no se excluyen pacientes con consumo de alcohol significativo u otras hepatopatías crónicas; es por eso que, a partir de estos cambios conceptuales, algunas grandes series han reajustado sus cifras originales de prevalencia, las cuales habían sido descritas con criterios diagnósticos de denominaciones anteriores3,4.
En el año 2020 nuestro grupo realizó en Veracruz un estudio epidemiológico en 585 voluntarios de población abierta5; utilizamos los criterios diagnósticos de la nomenclatura vigente en ese momento que era Metabolic dysfunction-Associated Fatty Liver Disease (MAFLD) y encontramos una prevalencia de 41.3%, por cierto, una de las más altas reportadas a nivel mundial. Ahora bien, cuando aplicamos a la muestra los nuevos criterios diagnósticos de MASLD obtuvimos un aumento discreto que llegó a 42.5%, los resultados generales se muestran en la tabla 1.
Como se observa las prevalencias reportadas mostraron un incremento mínimo de 1.2%, tanto en hombres como en mujeres; de manera muy similar a lo reportado en otras series6,7.
Es importante destacar que, de acuerdo a los criterios de MAFLD, en la muestra no consideramos daño dual, pues excluimos a voluntarios con un consumo de alcohol significativo (> 30g/día en hombres y> 20g/día en mujeres) y tampoco incluimos voluntarios con otras hepatopatías crónicas conocidas; por lo tanto, es probable que al incorporar estos grupos excluidos la prevalencia sea aún mayor.
Nuestros hallazgos son consistentes con los reportes de otros análisis similares; se hace evidente que independientemente de los criterios diagnósticos utilizados, la prevalencia de NAFLD (Nonalcoholic Fatty Liver Disease), MAFLD y MASLD es muy similar 6,7.
FinanciaciónEsta investigación se realizó con el apoyo financiero del Fondo para la Investigación del Comité de Investigación de la Asociación Mexicana de Gastroenterología.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de interés respecto de este trabajo.
Los autores agradecen a las autoridades y al personal del Instituto de Investigaciones Médico Biológicas de la Universidad Veracruzana, su apoyo logístico para la realización de esta investigación.