La necrosis esofágica aguda (NEA) es una entidad rara y grave caracterizada por necrosis difusa de la mucosa, principalmente en el esófago distal, con mortalidad cercana al 40%. Presentamos seis casos diagnosticados por endoscopia digestiva alta. La edad media fue de 62años (rango 33-86), con predominio femenino (5/6). Las comorbilidades más frecuentes fueron diabetes mellitus e hipertensión (5/6 cada una). Los síntomas principales incluyeron melena, hematemesis y dolor epigástrico. Dos pacientes cursaron con cetoacidosis diabética y sepsis. La endoscopia mostró necrosis difusa en todos los casos, identificándose perforación en dos. Dos pacientes egresaron, uno recibió cuidados paliativos y dos fallecieron por falla orgánica múltiple (40% de mortalidad). El manejo incluyó inhibidores de la bomba de protones, antibióticos, antifúngicos y soporte nutricional. La NEA requiere diagnóstico temprano y abordaje multidisciplinario para prevenir complicaciones mayores, como hemorragia y perforación.
Acute esophageal necrosis (AEN) is a rare and severe entity characterized by diffuse necrosis of the mucosa, mainly in the distal esophagus, with a mortality rate close to 40%. We present herein six cases diagnosed through upper gastrointestinal endoscopy. The mean patient age was 62years (range 33-86) and females were predominant (5/6). The most frequent comorbidities were diabetes mellitus and high blood pressure (5/6, each entity). The main symptoms included melena, hematemesis, and epigastric pain. Two patients presented with diabetic ketoacidosis and sepsis. Endoscopy revealed diffuse necrosis in all the cases and perforation in two cases. Two patients were discharged from the hospital, one received palliative care, and two died due to multiple organ failure (40% mortality). Management included proton pump inhibitors, antibiotics, antifungals, and nutritional support. AEN requires early diagnosis and a multidisciplinary approach to prevent major complications, such as bleeding and perforation.
La necrosis esofágica aguda (NEA), o «esófago negro», es un síndrome infrecuente, pero de alta letalidad, caracterizado endoscópicamente por una necrosis difusa de la mucosa, predominantemente en el esófago distal1. Su etiología es multifactorial, aunque se postula que resulta de la combinación de una isquemia tisular por un estado de bajo flujo —como el shock o la hipovolemia— y una lesión corrosiva secundaria a un reflujo masivo de contenido gástrico2,3. La NEA afecta principalmente a pacientes de edad avanzada con comorbilidades significativas como diabetes mellitus, hipertensión arterial y enfermedad renal, condiciones que predisponen a la inestabilidad hemodinámica y al compromiso vascular4,5. Dada su elevada mortalidad, que puede alcanzar el 40%, y su presentación clínica a menudo inespecífica, se requiere un alto índice de sospecha2. En este estudio presentamos una serie de seis casos para describir el espectro clínico, los hallazgos endoscópicos y los desenlaces de la NEA en pacientes críticamente enfermos, con el fin de subrayar la importancia de un diagnóstico y manejo tempranos.
Material y métodosSe realizó un estudio observacional y retrospectivo. Se revisaron los registros médicos de seis pacientes con diagnóstico de NEA confirmado por endoscopia digestiva alta entre 2023 y 2025.
La recolección de datos incluyó variables demográficas, comorbilidades, síntomas de presentación, estado hemodinámico, resultados de laboratorio, hallazgos endoscópicos, tratamiento y evolución clínica. La confirmación diagnóstica se logró en todos los casos mediante endoscopia digestiva alta; se obtuvieron cultivos microbiológicos y biopsias esofágicas en casos seleccionados con sospecha de etiología infecciosa. La evaluación de laboratorio incluyó hemograma completo, panel metabólico básico y análisis de gases arteriales, entre otras pruebas según la indicación clínica; además, también se recolectaron variables en cuanto a la evolución clínica.
Consideraciones éticasEl estudio fue aprobado por el Comité de Investigación y Ética del hospital. La investigación se llevó a cabo de acuerdo con los principios de la Declaración de Helsinki. Se garantizó la confidencialidad de los pacientes mediante la asignación de códigos numéricos y la omisión de identificadores personales en el análisis de los datos.
ResultadosCaracterísticas clínicas y demográficas de la cohorteSe analizaron seis pacientes con diagnóstico de NEA. La edad media de la cohorte fue de 62años (rango 33-86), con un marcado predominio del sexo femenino (5/6 pacientes). Las comorbilidades preexistentes más frecuentes fueron diabetes mellitus e hipertensión arterial sistémica, ambas presentes en cinco de los seis pacientes (83.3%).
La presentación clínica principal fue la hemorragia de tubo digestivo alto; cuatro pacientes (66.7%) presentaron melena y cuatro (66.7%) hematemesis. El dolor epigástrico severo también fue un síntoma cardinal, reportado en cuatro casos (66.7%). En dos pacientes (33.3%), el cuadro clínico inicial fue dominado por una alteración del estado de conciencia secundaria a cetoacidosis diabética y sepsis.
Hallazgos de laboratorio y endoscópicosTres de los seis pacientes (50%) ingresaron en estado de shock, ya sea hipovolémico o séptico, y dos de ellos requirieron soporte vasopresor. Los hallazgos de laboratorio reflejaron una disfunción metabólica severa y generalizada. Cuatro pacientes (66.7%) presentaron acidosis metabólica grave, con un pH arterial <7.1, bicarbonato <5 mEq/l y lactato elevado. Tres pacientes (50%) cursaron con insuficiencia renal aguda.
El diagnóstico de NEA se confirmó mediante endoscopia digestiva alta en todos los casos. (figura 1A y B). El hallazgo universal fue una necrosis circunferencial de la mucosa que afectaba predominantemente el tercio medio y distal del esófago. Se documentaron complicaciones severas, incluyendo perforación esofágica espontánea en dos pacientes (33.3%), además de necrosis duodenal y gastropatía hemorrágica en otros casos.
A)Mucosa con cambios inflamatorios severos y aspecto oscuro desde el esófago proximal hasta el esófago distal, con un cambio abrupto de apariencia en el cardias. B)Mucosa con cambios inflamatorios severos y estenosis en la porción distal del esófago. Stent in situ que proporciona permeabilidad de la luz esofágica.
Se identificaron patógenos relevantes en dos pacientes, con hemocultivos positivos para Escherichia coli y Klebsiella pneumoniae productora de betalactamasas de espectro extendido (BLEE). Adicionalmente, la biopsia esofágica de un paciente reveló la presencia de estructuras fúngicas.
La evolución de los pacientes fue variable. Dos pacientes (33.3%) lograron una recuperación clínica y fueron dados de alta hospitalaria. Un paciente fue egresado para manejo paliativo debido a la futilidad del tratamiento por sus múltiples comorbilidades. Dos pacientes fallecieron a consecuencia de falla orgánica múltiple secundaria a sepsis y hemorragia masiva. La mortalidad en esta serie fue del 40%.
Discusión y conclusiónNuestra serie de casos confirma que la NEA es un marcador de enfermedad sistémica grave, con una mortalidad del 40%, que refleja el mal pronóstico asociado a esta entidad2. A diferencia de la predominancia masculina reportada en la literatura5, nuestra cohorte mostró una mayoría de mujeres, aunque compartían el perfil de riesgo clásico: edad avanzada y una alta carga de comorbilidades, especialmente diabetes mellitus e hipertensión arterial2,5.
La fisiopatología isquémica es central en la NEA, y la frecuente presentación de nuestros pacientes con acidosis metabólica severa y shock respalda la hipótesis de un estado de bajo flujo como evento desencadenante3. La alta prevalencia de cetoacidosis diabética en nuestros casos es particularmente relevante, ya que esta condición exacerba la hipovolemia y la disfunción microvascular, creando un entorno ideal para la necrosis esofágica6. Esta combinación de factores sistémicos subraya que la NEA es a menudo la manifestación final de un colapso fisiológico subyacente.
El diagnóstico depende de la endoscopia digestiva alta, que no solo confirma la necrosis circunferencial característica, sino que también identifica complicaciones potencialmente letales como la perforación, presente en dos de nuestros pacientes y asociada a una mortalidad extremadamente alta7,8. El manejo exitoso, como se observó en los supervivientes de nuestra serie, requirió un abordaje multidisciplinario agresivo: resucitación hemodinámica, soporte nutricional parenteral para promover el reposo esofágico, inhibidores de la bomba de protones y terapia antimicrobiana de amplio espectro para tratar la sepsis concurrente2.
En conclusión, la NEA no debe ser vista como una patología gastrointestinal aislada, sino como un ominoso presagio de una enfermedad crítica subyacente. Si bien la mortalidad está más ligada a las comorbilidades del paciente que a la necrosis en sí9, el reconocimiento temprano es crucial para iniciar un manejo de soporte intensivo que pueda prevenir complicaciones catastróficas. Esta serie refuerza la necesidad de una alta sospecha clínica en pacientes de riesgo para mejorar los resultados en esta condición devastadora.
FinanciaciónLos autores declaran no haber recibido financiamiento para la realización de este estudio.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.



