Agradecemos la carta enviada por el Dr. García-Compeán y el Dr. Jiménez-Rodriguez1 en relación con el artículo «Recomendaciones de buena práctica clínica para el manejo de la enfermedad por reflujo gastroesofágico» publicado recientemente en la Revista de Gastroenterología de México2.
Compartimos plenamente los argumentos expresados respecto a la esofagitis eosinofílica (EEo), entidad en claro ascenso epidemiológico y con características clínicas que pueden confundirse o sobreponerse con las de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). La hipótesis sobre el posible enmascaramiento de la EEo por el uso empírico de IBP o P-CAB como prueba diagnóstica, aunque no tiene una evidencia robusta con ensayos clínicos, es válida y pertinente, sobre todo en poblaciones con baja prevalencia de la EEo como ocurre en Hispanoamérica3.
Como señalan los autores, una proporción de pacientes con EEo puede presentar síntomas indistinguibles de ERGE y responder, al menos parcialmente, al tratamiento con IBP, lo que puede retrasar el diagnóstico definitivo de EEo. No obstante, consideramos que la prueba con IBP sigue siendo una herramienta diagnóstica útil en escenarios clínicos seleccionados, siempre que se realice con criterio, considerando los factores de riesgo individuales y las características clínicas que puedan orientar hacia un diagnóstico alternativo. Por ello, enfatizamos que la prueba con IBP solo está indicada en los casos con síntomas típicos de ERGE, pirosis y regurgitaciones, en un paciente joven, sin datos de alarma, como disfagia, impacto alimentario, pérdida de peso, anemia o sangrado gastrointestinal. En este sentido, como señalamos en el enunciado referente a ERGE y EEo, coincidimos en que, ante la presencia de disfagia, impacto alimentario, antecedentes de atopia o síntomas atípicos en pacientes jóvenes, debe considerarse la realización temprana de endoscopia con toma de biopsias esofágicas, antes de realizar una prueba terapéutica con IBP2.
Agradecemos la valiosa colaboración de los autores de esta carta al editor por llamar la atención sobre una condición que siempre debe considerarse en el diagnóstico diferencial de la ERGE, como lo es la EEo. Así mismo, este tipo de contribuciones plantea la necesidad de realizar ensayos clínicos que puedan definir claramente el impacto del uso de una prueba con IBP en el enmascaramiento o retraso en el diagnóstico de la EEo.
FinanciaciónNinguna.
Conflicto de interesesEl autor es conferencista para Laboratorios Carnot.