La sífilis es una enfermedad sistémica causada por la espiroqueta Treponema pallidum. La prevalencia de esta patología es de 5millones de nuevos casos diagnosticados anualmente y afecta en su mayoría a hombres con relaciones anales de riesgo con una proporción estimada del 75%1. La coinfección entre sífilis y virus de inmunodeficiencia humana (VIH) es muy común, con una prevalencia que varía del 45% al 79%2.
Se presenta el caso de un varón de 35años, con diagnóstico de VIH desde hace 3años en tratamiento con una combinación de tenofovir 300mg +lamivudina 300mg +efavirenz 400mg, 1 tableta diaria. Acude con historia de relaciones sexuales anales sin protección y dos semanas de pujo, tenesmo y rectorragia. Al examen físico se aprecian múltiples fisuras anales profundas. Los exámenes de laboratorio revelaron: hemoglobina 15.2g/dl, leucocitos 6,670mm3, carga viral VIH: 22.4copias/ml, linfocitos CD4+ (T-helper): 765 células/μl. FTA-ABS sérico: positivo. RPR: reactivo (título RPR 1/4). VDRL sérico: reactivo (título VDRL 1/4). Anticuerpo anti Chlamydia trachomatis Ig G 348.5RU/ml. IgM 14.6U/ml (positivo >14). En la proctoscopia se observaron múltiples erosiones y úlceras rectales con bordes elevados y bases limpias (fig. 1a,b). La histología reportó infiltrado inflamatorio linfoplasmocitario en lámina propia asociado a criptitis y microabscesos crípticos (fig. 1c). La tinción de Warthin-Starry reconoció múltiples espiroquetas (fig. 1d). Se administró penicilinaG benzatínica 2,4millones de unidades por vía intramuscular en dosis única. Se realizó control a las tres semanas, refiriendo estar asintomático. La proctoscopia reveló proceso de cicatrización de úlceras (fig. 2).
La sífilis es una enfermedad sistémica que puede afectar ocasionalmente al tracto gastrointestinal. El caso muestra un paciente joven con VIH y conducta sexual de riesgo, y la exploración física evidenciaba múltiples fisuras anales; por lo tanto, la sospecha diagnóstica fue una enfermedad infecciosa3,4. Las manifestaciones clínicas incluyen dolor anal, tenesmo, urgencia defecatoria, secreción purulenta y rectorragia5. El diagnóstico de la sífilis requiere el uso de una prueba no treponémica y una prueba treponémica. La tinción de Warthin-Starry puede reconocer espiroquetas; sin embargo, sugerimos la prueba de PCR en biopsias rectales, cuya sensibilidad es del 70 al 95% y la especificidad es del 92 al 98%6. La infección por Chlamydia trachomatis, el virus herpes simple y el citomegalovirus siempre deben considerarse como diagnósticos diferenciales en pacientes con conducta sexual de riesgo e inmunosupresión; en caso contrario debemos considerar enfermedad neoplásica o enfermedad inflamatoria intestinal7,8. Las complicaciones locales pueden incluir estenosis, obstrucción y perforación del recto9.
En conclusión, la sífilis rectal es poco frecuente y suele manifestarse con úlceras y síntomas de proctitis. La importancia del diagnóstico precoz radica en que el tratamiento es de fácil cumplimiento y de buen pronóstico si se administra en fase temprana, evitando complicaciones como la neurosífilis o el daño cardiaco severo.
Consideraciones éticasLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos. Utilizamos protocolos de obtención de base de datos de pacientes de nuestro centro de trabajo, preservando el anonimato del paciente (por lo que no solicitamos consentimiento informado). Este estudio cumple con la normativa vigente de investigación bioética. El Comité de Ética del Hospital Belén de Trujillo nos permitió realizar este estudio por los detalles antes explicados.
FinanciaciónLos autores de este manuscrito no han recibido financiamiento.
Conflicto de interesesLos autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.